Blanco en Negro

Este asunto de los colores se vuelve confuso si piensas en ello, todo es percepción, y el rojo no es rojo si eres daltónico y el negro no es negro si lo pones de cara al sol. Al parecer nada es lo que es, sino lo que parece, porque el rojo no será rojo si es que los ojos del que lo ve dicen lo contrario… entonces, se podría decir que tal o cual color sólo “parece” rojo, pero cómo estar seguros que lo es. Si vivimos entre pareceres, y tal vez parece que estamos vivos, cómo saber si lo estamos.

Lo principal: no parece que estamos vivos porque, ante todo, me siento vivo, y mis sentimientos no sólo parecen, sino son. Creo que es un buen comienzo, agentes externos como los colores o los sonidos pueden “parecer”, pero uno no se “parece” a sí mismo, incluso cuando se vive engañado, se sabe que es una mentira, y por cobardía no se suele enfrentarla. Los sentimientos pues, se basan en la verdad, uno no puede sentir algo falso ya que el hecho de sentirlo le quita toda falsedad. Tal vez se pueda decir que una persona viva engañada y no sepa la verdad, por ejemplo el niño adoptado que desconoce su origen y siempre creyó que sus tutores eran sus padres biológicos; sin embargo, aquel niño creía fervientemente que tales personas eran sus padres, y bajo esa verdad, su verdad, nació su concepto de paternidad… tal vez no era cierto, pero era verdad en todo caso. Dicha verdad se confunde a menudo con la fe, que hace ser lo que parece, la fe consiste en creer con una fuerte convicción en algo sin necesidad de pruebas, creer a ciegas, y suele ser tan fuerte, que el sentimiento que produce parece verdad; y, en efecto, lo es mientras se crea en ella, de ahí que la existencia divina es verdadera sólo para sus creyentes, porque ellos sienten que existe.

Regresando al dilema daltónico de los matices rojizos y grisáceos, me resulta curioso poder identificar un agente externo como verdadero o falso sólo por el hecho de sentirlo, ya no depende exclusivamente de mí, sino de algo o alguien más, considero que la fe juega un papel importante acá. Yo puedo tener fe de que tal color es rojo, porque creo fervientemente que lo es; no obstante, sólo me baso en mis ojos para asegurarlo. Y considero aun más importante la fe, ya que cuestionarse constantemente acerca de la vida, si existe o es o no es o no existe redunda en su estupidez, porque mientras encuentras la respuesta olvidas que dejas de sentirte vivo, olvidas que antes de saber por qué estás aquí, ya lo estás, y bajo esa fe, tener fe en que todo irá bien y tener fe en ser feliz, se pueden lograr algunas respuestas que te harán sentir más vivo que nunca.

Al final… el negro, ¿Realmente parece negro si tengo fe que algún día pueda encontrar un destello blanco en su interior?

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