Mi laguna


No quiero ser creativo, hoy no.

Sólo estoy sentado, frente a mi computadora, pensando en los vanos asuntos de la vida; cosas con la importancia que no requieren, pensando en vivir… viviendo sin pensar. Lamentablemente, no sé qué hago acá, no sé qué es esto, no sé dónde estoy, ni a dónde voy, menos de dónde vengo, tal vez sólo sé lo que tengo, y eso me hace feliz. Tal vez realizo que conservo tantas cosas, que a la vez son ninguna y eso es todo para mí, nada… nada pues, nada para el resto, pues es sólo mío, y el egoísmo del caso resulta positivo, ya que nadie más lo entendería. Lo importante de mi vida es nada, ya que es sólo mío, y como tal, no existe sino en mí. Sí, suelo ser confuso y hasta un poco aburrido, tedioso como pocos, pero supongo que por algo me leen. Mi punto es que mi nada eterna ya la he encontrado, y encuentro curioso que dicha nada externa y compleja totalidad interna se torna amalgamada junto a otra, sí… soy cursi, ahora soy confuso, tedioso y cursi, vamos progresando. Dos nadas deben ser algo, y ese algo es lo único que tengo.

Sí, no fui creativo. Siempre cumplo mis promesas.